Cuando una persona habla de vocación siempre se refiere a trabajos que están consagrados en la propia sociedad. Ser médico o enfermera, ser abogado, ser maestro… Incluso ser músico o actor puede ser una buena vocación, aunque estos últimos oficios ya no sean tan seguros para la mayoría. Se da esa situación, totalmente natural por otra parte, de enfrentar el deseo contra la realidad a la hora de escoger nuestro oficio. Podemos ser unos apasionados de los coches, pero si acabamos en un taller mecánico seguramente nuestro nivel de vida no sea el más estable. Podemos desear con todas nuestras fuerzas ser escritores, pero la dificultad de llegar lejos en este campo hará que nuestra vocación también se convierta en nuestra perdición. De esta manera, a la hora de la verdad, muchas personas escogen la estabilidad y el trabajo seguro, aunque no sea el de sus sueños, dejando un poco atrás su vocación.
Pero, ¿qué ocurre cuando nuestra vocación nos puede hacer ganar mucho dinero, pero no está tan bien vista por la sociedad? Hay oficios relacionados con la industria del sexo, por ejemplo, que son siempre señalados por las “personas de bien”. Sin embargo, esta industria mueve millones de dólares al año, y no es complicado sacar tajada de toda esa plata, siempre que tengamos muy claro dónde nos metemos. Para algunos es solo dinero fácil, y en nuestra sociedad, eso siempre es malo… salvo cuando te toca la lotería, claro está. El dinero que se gana sin supuesto esfuerzo viene sucio, aunque cualquiera desearía llegar a final del mes sin problemas de sueldo. Entonces, ¿por qué este tipo de trabajos son todavía vistos de una forma tan peyorativa por la sociedad? El tabú del sexo sigue latente entre nosotros, a pesar de todos los cambios generacionales que se están dando. Dedicarse a algo relacionado con el sexo es, para muchos, una deshonra, una forma de perder toda la dignidad que uno debe ganarse con su trabajo día a día. Como si esta industria no requiriese también esfuerzo y trabajo por nuestra parte. Cada vez son más las chicas que deciden dejar atrás esos miedos y temores, y convertirse en bailarinas eróticas, uno de los trabajos de entrada más habituales de este negocio.
Encontramos que las bailarinas eróticas siguen siendo, a día de hoy, muy populares y requeridas entre los hombres. Ya sea en boliches, whiskerías o fiestas privadas, lo cierto es que hay pocos lugares donde la diversión masculina no enfoque sus deseos en los bailes sensuales de una chica. La demanda sigue existiendo, pero al no haber muchas chicas que se decidan a bailar de esa manera, la oferta no es tan grande. Esto significa que cuando entras en el negocio, a poco que tengas buena predisposición y un cuerpo bonito, seguro que lograrás mucho trabajo. Aquí no te van a pedir años de experiencia, ni tampoco vas a necesitar ningún título oficial. Solo labia, sensualidad y belleza, para poder ganar en una semana lo mismo que otras en un mes, si la cosa se te da bien.
El momento de la verdad para una chica que quiere convertirse en bailarina erótica es el de enfrentarse al público por primera vez. Podemos tener experiencia bailando, e incluso cierta desinhibición con nuestro cuerpo al desnudarnos, pero la situación de bailar en una fiesta o un local es totalmente diferente. Por eso, uno de los requisitos indispensables para ser stripper o bailarina erótica es tener seguridad. Porque van a pasar cosas durante el baile, y necesitas estar muy segura de ti misma y de lo que estás haciendo, ya que aunque muchos lo digan, bailar de esa forma no es fácil. Por supuesto, los hombres van buscando chicas hermosas, exuberantes y con sensualidad al moverse. Debes cuidar tu cuerpo para estar siempre perfecta a la hora de bailar.
Tener una buena forma física siempre suele ser importante, especialmente si realizas bailes en la barra, como el pole dance. Sabes que se necesita mucha fuerza y resistencia para los movimientos más complicados, así que deberás entrenarte casi todos los días. De esa manera también mantienes tu cuerpo bien torneado y mucho más deseable. Por último, tener cierto sentido el ritmo es importante, para seguir la música y encajar los movimientos en ella. Podemos crear una coreografía complejo o ir improvisando sobre la marcha nuestro baile, pero siempre debemos estar conectados a la música, al ritmo de la canción. De esa manera, nuestro show será más impresionante.
Has leído la parte de arriba y consideras que tienes todas esas cualidades para poder llegar a ser una gran bailarina erótica. Tal vez no las necesites todas desde un principio, y puedas ir aprendiendo y perfeccionando tus dotes con la experiencia. Pero lo importante es saber muy bien qué es lo que quieres hacer cuando bailas. Si estás en esto solo por el dinero, una razón más que buena para entrar. Si tienes esa espinita clavada de dedicarte al baile, pero no has podido hacerlo de forma profesional en otros shows… Debes ser muy consciente de que esta industria siempre es competitiva, y vas a tener que dar lo mejor de ti misma en cada momento.
Ensayar en un estudio de baile con espejos es una opción muy recomendable, porque necesitas ver los pasos que estás dando. Escoger canciones que tengan ya de por sí un tono sexy también suele ser un buen consejo para hacer de nuestros shows algo mucho más intenso. La naturalidad y la espontaneidad, especialmente en fiestas privadas, suele quedar de maravilla cuando los hombres están cerca de ti, pidiéndote un poco más. Y por supuesto, si quieres llegar mucho más allá en esto del baile erótico, hacer un privado a tus clientes te hará ganar mucho más dinero. La industria del sexo es enorme y ofrece muchas opciones, así que podrás explorarlas o quedarte simplemente aquí, bailando en la barra.
Como en cualquier otro trabajo, la plata que una bailarina erótica gane dependerá de muchos factores. Por ejemplo, la cantidad de bailes que haga al mes, si está fija en un boliche o simplemente va de vez en cuando, si realiza fiestas privadas y despedidas… En una noche bailando en un boliche importante, una chica puede ganar casi 100 dólares. Si te decides a realizar un baile de solo diez o quince minutos en una despedida, el precio puede subir un poco más, al ser más íntimo y exclusivo. Y por supuesto, si aceptas bailes privados con los clientes, esto se puede doblar, ganando fácilmente más de 2.000 dólares al mes si las cosas van bien. Dependerá mucho del tipo de bailes que ofrezcas, y de los días que trabajes. Hay chicas que con laburar una semana tienen suficiente para todo el mes, y pueden disfrutar de un gran descanso el resto del tiempo. Eso ya estará en manos de cada cual.
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