Casarse con la persona a la que amamos es un paso trascendental en nuestra vida. Un paso que debemos dar, por supuesto, cuando sabemos que es la persona con la que queremos compartirlo todo. Lo bueno y lo malo, la salud y la enfermedad, la riqueza y la pobreza… pero sobre todo ese amor que sentimos, y que nos inunda en todo momento. El día de la boda es, además, un momento precioso para compartir con todos nuestros amigos y seres queridos. Un evento importantísimo que tiene mucho que preparar, y que a veces supone un auténtico quebradero de cabeza para los novios. Es natural estar emocionado antes de casarse, pero también nervioso, no tanto por ese paso que vamos a dar, sino por todo lo que hay que organizar. Queremos que el día salga bien, que todo sea perfecto, pero a veces es complicado porque hay demasiados detalles en juego, y entre ellos el baile de boda.
Desde la comida hasta el lugar de la celebración, pasando por las invitaciones, el infierno de colocar a todos en el mejor sitio posible… Son muchos los detalles a preparar en una boda, y cada vez es más habitual eso de contratar a alguien para que nos ayude. Los wedding planners son personas que tienen experiencia en este tipo de eventos y nos facilitarán mucho la labor de elección del menú, la música, etc… Así, nosotros solo tendremos que preocuparnos de disfrutar de nuestro día especial y pasarlo en grande. Sin embargo, hay cosas que un wedding planner no puede hacer por nosotros, por más bueno que sea. El baile de boda, el primero como marido y mujer, es algo muy personal, y por supuesto, seremos nosotros los que lo elijamos. Es un momento precioso para emocionar y sorprender a nuestros seres queridos, y conviene ensañarlo mucho antes, para que salga perfecto, pero también natural.
El primer baile de casados es uno de los momentos más importantes para los recién convertidos marido y mujer. Es una parte imprescindible de la celebración, donde se unen en un baile hermoso y delicado ante los demás. Es cierto que el baile puede ser también mucho más divertido, sin tanta parafernalia, pero existe cierto protocolo para llevar a cabo el baile de boda. La canción debe ser elegida por ambos, y el baile será relativamente vistoso. Se ensañará antes, aunque sea algo sencillo, sin muchas vueltas ni nada de eso. Dependerá también del estilo de canción escogida, por supuesto. El baile puede tener dos partes, una en la que la pareja baile pegada, algo más lento y romántico, y otra más movida, donde animen a los invitados a unirse. Lo habitual es que el baile se lleve a cabo en medio del salón del convite, entre la comida y la fiesta posterior.
El momento crucial del baile es la danza entre los recién casados, que serán los encargados de abrir la fiesta, por así decirlo. Antes, el baile marcado era siempre un vals, y los recién casados lo bailaban primero para que luego los invitados pudieran universo. Hoy en día, lo habitual es que, tras bailar la primera canción los casados, la novia también baile con el padrino, normalmente su padre o su hermano. Por su parte, el novio también hará lo propio con la madrina, su madre, su tía o alguna de sus hermanas. A partir de aquí, cualquier invitado puede empezar a bailar, ya que la música comenzará a sonar, normalmente con una canción movida, dando comienzo a la parte más intensa de la fiesta.
Curiosamente, el baile de boda es uno de los detalles que más preocupa a los novios antes del enlace, sobre todo a aquellos que no tienen mucha experiencia de baile. Se trata de aprenderse una coreografía, por sencilla que sea, semanas antes de la boda, con toda la presión que eso supone. Algunos optan por canciones sencillas que sean fáciles de bailar precisamente para no correr muchos riesgos. Otros, en cambio, deciden sorprender a sus seres queridos e invitados con un baile absolutamente increíble, que se han preparado durante semanas o incluso meses. El baile lento es lo más habitual, al menos como primera parte de esa danza coreografiada. Al son de una balada, una canción romántica que tenga mucho significado para ellos, los tortolitos bailarán muy juntos y mirándose entre sí. Podemos optar por una coreografía muy sencilla, o también por algo más rebuscado, si queremos sorprender. Acudir a una escuela de baile suele ser la mejor opción en estos casos, ya que allí nos facilitarán mucho las cosas.
Los bailes más movidos se están poniendo cada vez más de moda. Bailar salsa, bachata o cualquier otro ritmo latino no es complicado y suele ser muy espectacular cuando lo hacemos delante de todos. Es además un ritmo que hace aumentar las ganas de fiesta, que es justo lo que necesitamos en ese momento. Incluso hay quien se atreve a bailar un rock and roll, también un baile muy intenso y que enardece nuestra sangre para disfrutar de la música y la fiesta. En los últimos años se han puesto de moda los flashmob, bailes grupales con una coreografía sencilla que comienzan como de improviso. Si conseguimos convencer a algunos amigos para que bailen con nosotros de esa manera, animando también al resto de invitados, el efecto será espectacular. Y luego, para los más tradicionales, tenemos los bailes de salón, como el vals, que sigue siendo un clásico ineludible.
Como ya apuntábamos arriba, cuando las primeras bodas se hicieron populares lo habitual era bailar un vals, un tipo de música originaria de Europa Central en compás de tres por cuatro, relativamente sencillo de bailar. Sin embargo, con el tiempo el tipo de música ha ido cambiando, y hoy por hoy encontramos canciones de todos los estilos, según el gusto de los novios. Desde temas lentos como baladas hasta canciones de pop rock, salsa, bachata o incluso tango, algo muy habitual en nuestro país. Todavía son muchos los que siguen considerando el vals como la mejor opción, y es cierto que suele ser un baile muy apropiado. Sin embargo, la decisión está en los casamenteros, y son ellos los que elegirán, según su propio gusto, el primer tema que van a bailar como recién casados.
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