La mayoría de nosotros, cuando escuchamos o leemos la palabra jazz, pensamos en el género musical nacido en Estados Unidos en los año 30, y que ha llegado hasta nuestros días como uno de los más populares y especiales dentro de todo el universo musical actual. El jazz ha contado, desde sus inicios, con una especie de ambivalencia entre lo maldito y lo elitista, que ha hecho que siempre sea considerado como una música para minorías, y no para grandes masas. Sin embargo, el desarrollo de este estilo y su combinación con otros géneros en las últimas décadas ha abierto un camino esperanzador para el jazz moderno, que sigue llamando la atención de jóvenes artistas y talentos deseosos de demostrar su calidad como músicos.
Esta es la parte del jazz más popular y conocida, pero también se denomina así a la propia danza que puede acompañar esa música. Al estar basada en muchas ocasiones en la improvisación, el baile de jazz no es precisamente sencillo, pero se suele centrar en las piezas más populares, aquellas que cuentan con una estructura algo menos caótica, a través de la cual se puede bailar tanto solo como en pareja o incluso en conjunto. La danza jazz se ha convertido en uno de los estilos de baile moderno más apreciados, y hoy por hoy podemos encontrar muchísimas academias que ofrecen clases de este género, que cuenta con mucha influencia del baile clásico, pero también con sus propios conceptos y habilidades especiales, lo que le hace destacar sobre el resto. En este artículo te vamos a dar las claves para entender el baile jazz y aprender los conceptos básicos del género.
Dentro del propio género del jazz existen diferentes estilos, y es como una galaxia entera poblada de diferentes planetas, cada cual un estilo propio y diferenciado. El jazz clásico tiene que ver con el origen del estilo, con la música que empezaba a sonar allá por los años 30, diferenciándose del blues y de los otros estilos precedentes. El baile jazz clásico toma también mucho del ballet y la danza clásica, con movimientos de contracción y elongación muy elegantes y vistosos, que hacen que el cuerpo fluya a través de la música. La síncopa y la improvisación son importantes dentro de este género, al ser uno de los más caóticos que podemos encontrar dentro del baile.
Se trata de una danza más terrenal, donde los pies casi siempre estarán pegados al suelo. Esta danza supuso también la base para todas las derivadas que llegaron después, como la danza de jazz moderno, y también es muy interesante ver la propia influencia que las danzas afroamericanas del siglo XIX tienen este estilo, bailes que se realizaban desde antes de que el jazz existiera. Como el propio estilo musical, podemos asegurar sin temor a equivocarnos que el baile jazz es un género que ha tomado influencias muy variadas y las ha llevado a un nuevo terreno, forjándose a través de la mescolanza de estilos y creando algo propio y realmente especial.
Suele ser el estilo más bailado actualmente, el que más triunfa entre los bailarines hoy por hoy, porque tiene que ver todavía con el jazz clásico, donde hunde sus raíces, pero de igual modo ha tomado muchas referencias e influencias de otros bailes más modernos, desde el funk hasta el hip hop. Todo ello mezclado de una manera elegante, sin perder ese punto especial de lirismo y sensualidad que hace que el jazz sea, tanto en música como en danza, un género tan destacado. La música de este género suele ser también más moderna, con estilos combinados de jazz y otros géneros, que ofrecen también una posibilidad de sacarle mucho más partido a la danza, por abrir nuevas expresiones en el baile.
Se busca la expresividad corporal de una manera muy libre, y eso es algo tremendamente interesante que no ocurre en otro tipo de danzas. Aunque los pasos básicos y las herramientas usuales se toman de bailes mucho más estrictos, luego a la hora de enfrentarnos a bailar jazz, la libertad expresiva es mucho mayor y de hecho, lo que se busca es que nos dejemos llevar por el fluir de la música, que no siempre será fijo. Hay mucho de improvisación en este tipo de danza, especialmente cuando se realiza de forma individual, claro está. Es fácil encontrar hoy por hoy clases de jazz moderno, incluso en ciudades no tan grandes, en escuelas especializadas.
Como en la mayoría de bailes y danzas, el jazz también se puede bailar en pareja, siempre que ambos tengan un nivel relativamente parecido. Aquí habrá menos de improvisación, claro está, y mucho más de entendimiento entre las dos partes. Se trata de un baile muy divertido de realizar, con movimientos muy espectaculares y sobre todo, con mucha libertad, un estilo donde sentir la música y dejarla fluir es esencial. Bailar en pareja no es nada sencillo y necesitaremos muchas clases para dominar los pasos básicos por ambas partes, y tener ese punto de entendimiento y complicidad con nuestra pareja de baile, para saber qué hacer en cada momento, en cada paso.
Bailar jazz es una experiencia intensa, donde llevamos nuestro cuerpo a sus límites en cuanto a flexibilidad y elasticidad en muchos momentos. Es por eso que conviene ir perfectamente vestido, con un conjunto adecuado que nos permita una libertad total de movimiento. La ropa es importante, pero el calzado lo es aún más. Los zapatos que necesitamos deben ser resistentes y mantener el pie bien recogido, peor a la vez deben ser flexibles, al menos en la parte central de la suela, para permitir movimientos especiales de puntillas y demás. Debemos sentirnos cómodos con el calzado porque de lo contrario, nuestro baile se puede ver claramente afectado.
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